Vuelta a Sierra Nevada en bicicleta btt mtb

De nuevo tenemos ante nosotros uno de los retos más apasionantes que se le pueden plantear a un amante de la bicicleta de montaña granadino, rodear Sierra Nevada en una ruta circular que discurra por los principales parajes del macizo y que afronte las altas cumbres con decisión y sin miedo. Recorrer todo el Marquesado del Zenete montados sobre la falda de la Sierra, superar puertos y sobrevolar la Alpujarra hasta hablar de tu a tu con los grandes nortes, desde y hasta la puerta de nuestra casa.

De nuevo tenemos ante nosotros uno de los retos más apasionantes que se le pueden plantear a un amante de la bicicleta de montaña granadino, rodear Sierra Nevada en una ruta circular que discurra por los principales parajes del macizo y que afronte las altas cumbres con decisión y sin miedo. Recorrer todo el Marquesado del Zenete montados sobre la falda de la Sierra, superar puertos y sobrevolar la Alpujarra hasta hablar de tu a tu con los grandes nortes, desde y hasta la puerta de nuestra casa.

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La ruta se reparte en dos etapas prácticamente idénticas en distancia, pero en ellas se distinguen que en el primer día el grueso de la subida se realiza al principio de la ruta, aunque luego tenemos un continuo sube y baja que va calando en nuestras energías. El segundo día, la gran parte de la subida nos llega a mitad, cuando debemos de afrontar desde Trevelez la ascensión hasta la Carihuela, tomándola con muchísima paciencia. Una vez en la Carihuela, sólo nos toca aguantar el tipo y “dejarnos caer” hasta Granada.

Mi agradecimiento personal a Antonio Gálvez y Agustín Barbero que se implicaron en el proyecto desde un primer momento, sin su ayuda, ilusión y apoyo habría sido imposible llevarlo a cabo, por supuesto también, a los valientes que aceptaron el reto, Vanesa, Fede, Manu, Juanjo y Angel superaron todas las dificultades, saboreando el valor de los objetivos que se cumplen tras tanto esfuerzo.

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Perfil 1 de la ruta

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Etapa 1

s fácil sentir un poco de vértigo cuando uno da la primera pedalada del día, saliendo de casa, sabiendo que hasta el día siguiente no volverá a última hora y que por delante le quedan dos días de auténtica aventura, 250 km de ruta en los que la incertidumbre de lo que nos vamos a encontrar, de no saber si seremos capaces o no de aguantar el esfuerzo, las ganas de ir superando las dificultades nos pueden hacernos plantear muchas dudas, pero el que no se embarca no se marea, así vio la luz esta ruta, charlando con los compañeros, con las ganas de hacer algo grande, como así fue.

Casi con los primeros rayos del sol iniciamos la primera etapa de nuestra aventura, el objetivo del día, llegar hasta las Chorreras de Mecina, pasados unos 30 km del Puerto de la Ragua tras superar el Alto de las Catifas que nos permitirá saltar y recorrer todo el Marquesado del Zenete y el propio Puerto de la Ragua.

Así se inicia la ruta, por las calles de siempre, en el punto de encuentro de siempre y enfocando la ascensión habitual a Güejar Sierra por la pista del Genil y la presa de Canales, sólo que hoy con un sabor muy especial, tratando de no cansarnos mucho en los primeros compases de ruta a pesar de las ganas que tenemos, ya que sabemos que nos queda mucho por delante.

Güejar Sierra, como escapado de la Alpujarra siempre nos sorprende, cuando la carretera gira sobre si misma y nos ofrece su panorámica de golpe, con sus blancas casas y estrechas calles, escalando en la ladera del Calar. Aquí hacemos la primera parada del día, rellenamos agua y comemos un poco antes de afrontar uno de las principales dificultades de esta etapa, ascender hasta el Collado del Alguacil. Tras salir del pueblo, tomamos la carretera del Maitena desviándonos a la izquierda en breve para enlazar las fuertes pendientes de esta gran subida. Seguimos con la misma idea, esto no es una carrera, queda mucho por delante, así que es obligado ir tranquilos, no desesperar en la subida y tomar un ritmo cómodo.

El Collado del Alguacil, con su subida como castigo, tiene un gran premio, disfrutar de la panorámica que se va abriendo ante nosotros conforme ganamos altura, la ladera de la Loma del Maitena, donde escala la pista de los Lavaderos, el castañar de Güejar Sierra, los bancales del Molino del Coto, hasta las altas cumbres de Sierra Nevada, por donde mañana pasaremos en nuestro regreso a casa.

Sobre el collado, algunas vacas nos reciben ajenas a nuestra presencia, sentados en el campo, reagrupamos, comemos algo y despedimos a Zarcos, que regresa a casa.

A partir de aquí empieza uno de los tramos más bonitos de la ruta, ya que enlazamos el sendero que nos llevará al alto de las Catifas por la Cuerda del Mirador, con la vista de los picos más altos de la Sierra, los Lavaderos de la Reina al otro lado del vacío y una gran panorámica de la Hoya de Güadix, la vereda es perfectamente ciclable, al igual que exigente pues no cesa de ascender hasta el mismo alto, por fin, tras ganarlo, la ruta nos ofrece un respiro, descendiendo hasta la Dehesa del Camarate y la Piedra de los Soldados, un estupendo balcón natural en donde detenernos y disfrutar de las vistas y de la sensación de estar un punto divisorio, pues dejamos a nuestras espaldas la zona de Granada, para sumergirnos en la vertiente de Güadix y el Marquesado.

Desde este lugar, la ruta desciende bastante, pero debemos de tener cuidado pues es una zona clave que nos puede llevar a engaños, debemos de enlazar una acequia natural, en la que existe una chorrera perfecta para recargar agua, al poco, de la misma acequia por la derecha, sale un sendero que nos lleva a ganar de nuevo un poco de altura por la ladera, hasta llegar a una cerca, con grandiosas vistas, desde la que ya parte un fuerte descenso inicialmente en sendero, para pasar a cortafuegos y carriles, hasta la pista del Marquesado. Durante el sendero encontraremos varios cruces que nos llevarían a Postero Alto y algunos cortijos que iremos dejando.

Echando la vista atrás nos sorprende la cantidad de altura que acabamos de perder, unos 700 metros en apenas 5 km, lo que puede hacer una idea de la pendiente que vamos salvando y de la precaución que debemos de tomar en el descenso.

Una vez en la pista, la tomamos a la derecha e iniciamos un largo tramo que acabará en la carretera de la Ragua, pero antes, a pesar de lo que podamos pensar, tocará bajar y subir bastante, pues cada entrada a un arroyo supone bajar y cada salida del mismo es subida hasta un collado que salva la siguiente ladera. Al final prácticamente mantenemos una altura.

Pero por la hora decidimos en el Área Recreativa de La Tizná, que era el momento de reponer fuerzas, con su fresca fuente y la comida que llevamos, paramos y nos sentamos en una mesa a dar buena cuenta del bocadillo antes de proseguir, son las horas centrales del día y perdimos bastante altura, así que el calor se deja sentir.

Tras comer, continuamos por la pista, sumergidos en un tupido bosque de pinos que de vez en cuando nos dejan divisar algún pueblo del Marquesado allá en lo hondo del valle y al otro lado las cumbres de esta parte de Sierra Nevada, intentamos identificar el paso de la Ragua, pero aún nos queda bastante para darle alcance.

El caso es que poco a poco van pasando los kilómetros y por fin damos con la carretera, que en unos 5 km nos llevará hasta los 2000 metros de altura del Puerto de la Ragua, donde nos espera el vehículo de apoyo y otro merecido refrigerio. Al día le vamos descontando las horas, de nuevo nos encontramos en otro punto estratégico, otra divisoria, entre las vertientes de Güadix y La Alpujarra por un lado y por el otro entre las provincias de Granada y Almería.

Creo que todos sentimos aquí que la etapa ya estaba terminada, pero aún nos faltaba llegar a las Chorreras, no podemos parar demasiado, seguimos la marcha, seguimos por la pista de la Cota 2000, al igual que la anterior, es un sube y baja contaste, el frescor de la tarde y las zonas de umbría se dejan notar, vamos con un pedaleo más alegre, sabemos que ya nos queda poco, en esta vertiente el paisaje se abre bastante ofreciéndonos unas panorámicas impresionantes, no tardamos tras ganar un collado en dar por fin vista a las Chorreras a las que llegamos pletóricos y muy contentos.

A pesar del cansancio y antes de que se vaya el sol, preparamos el campamento, nos bañamos en las propias chorreras y nos cambiamos de ropa para preparar una agradable cena que compartimos con una conversación muy animada sobre la gran etapa de hoy y todo lo que nos queda por delante.

Perfil 1 de la ruta

Etapa 2

El día se inicia bien temprano, un fuerte desayuno, recoger el material del campamento que evacuará el vehículo de apoyo, revisar y preparar las monturas antes de afrontar una nueva jornada de bicicleta.

Los demás, con las piernas aún cansadas del esfuerzo de ayer y el cuerpo resentido por dormir poco y en el suelo, nos montamos de nuevo en la bici dispuestos a hacer historia, a disfrutar mucho del día y un poco nerviosos por no saber qué nos esperará.

Así proseguimos el camino donde lo dejamos la tarde anterior, por la pista de la Cota 2000, navegando sobre Las Alpujarras, disfrutando del frescor de la mañana y de los grandiosos paisajes que se abren ante nosotros.

Empezamos a recorrer lugares ya conocidos de otras aventurar por estas tierras, de nuestras frecuentes visitas a los Bérchules y a su sierra, Agustín disfruta aún más al comprender que está sobre su pueblo y que ha llegado hasta aquí sólo dándole a los pedales.

No tardamos en dejar la pista de la Cota 2000 que desciende hacia Juviles y enlazar una pista que sube fuertemente hasta el Portichuelo y que nos sitúa sobre Trevélez, con una panorámica que corta la respiración de la ladera del Mulhacén y todo lo que nos queda por delante que subir.

Aunque también nos encontramos en este punto algo que ninguno esperábamos y es que el descenso a Tevélez se realiza por un precioso sendero del que disfrutamos todos, entre pinos, curvas cerradas, salvando arroyos, cascadas de piedras, barrancos y dejándonos junto al mismo pueblo, una gran bajada de 500 metros de desnivel en unos seis kilómetros.

Trevélez es el primer pueblo por el que pasamos desde Güejar Sierra y será el último hasta Granada, detenemos nuestra marcha, rellenamos nuestras reservas de agua, disfrutamos de un refresco antes de meterle mano a la subida que sabemos que será dura, larga y exigente, es el momento de la verdad. Desde aquí hasta la Carihuela debemos de superar 1700 metros de desnivel y unos 45 kilómetros.

Proseguimos el camino dejando Trevélez y continuando por la pista que por encima del Pórtugos nos llevará al Área Recreativa del río Bermejo, tras refrescarnos, seguiremos un poco más, dando vistas por primera vez a la Carihuela del Veleta, que se queda aún muy lejos y muy alta desde nuestra posición, casi inalcanzable, pero sabemos que poco a poco será nuestra y la ganaremos.

Desembocamos en la carretera de Capileira, que como no, seguimos en sentido ascendente, buscando llegar, tras un continuo zigzagueo hasta la Hoya del Portillo que será el lugar donde nos sentaremos a reponer energías y tomarnos el bocadillo.

No tardamos en volver a nuestros sillines, a nuestros pedales, llenarnos de paciencia buscar cada uno su ritmo y seguir con la ascensión, es cuestión de ir restando kilómetros a la marcha, no tardará en desaparecer el bosque de pinos, sustituido por las plantas arrastradas propias de la altura y de imponernos la presencia de las cumbres más altas que ya las empezamos casi a acariciar, absortos por las vistas, concentrados en mantener el ritmo, seguimos sin parar… las palabras se acabaron y sólo seguir el pedaleo de nuestro compañero es suficiente conversación.

Algunas rampas fuertes nos cambian el ritmo, casi se agradece y nos sitúan sobre el Alto del Chorrillo y el mirador de Trevélez al que nos asomamos para sorprendernos de dónde se quedó el pueblo que ahora parece de juguete, los primeros neveros, restos de un intenso invierno, hacen acto de presencia, esto huele a Altas Cumbres.

Por fin nos pegamos a la falda del Mulhacén, la pista se deshace y sólo queda transitable un estrecho sendero, en fila, proseguimos la marcha, entregando todo en cada pedalada, agrupando cuando miramos hacia atrás y no vemos a los compañeros, estamos aquí, casi como en un sueño, estamos junto a los grandes nortes, vamos a conseguirlo.

La base del Mulhacén, la laguna de la Caldereta, la Caldera, ya nos queda menos, debemos de seguir, seguimos la ascensión que ahora nos ofrece algún respiro, no debemos de detenernos, el paisaje es impresionante, la nieve le da el toque especial, esto es alta montaña y saber desde dónde venimos y todo lo que llevamos ya encima lo hace aún más especial.

Salvamos los Raspones de Río Seco, algún nevero nos obliga a andar para superarlo, hasta llegar a la base del Veleta, donde una gran mancha de nieve nos hace esforzarnos mucho, casi al límite para poder pasarla, tras ella, por fin ganamos la Carihuela del Veleta, de nuevo vertiente de Granada, nos abrazamos, nos damos la enhorabuena, ahora si, lo conseguimos, aunque por delante queda descender a Granada, somos conscientes de que el reto está alcanzado, pletóricos y muy felices, con la sensación de haber ganado mucho, de habernos llenado un poco más, iniciamos el descenso desde este punto, sin demasiadas complicaciones, pues no tenemos el cuerpo para muchos excesos.

Desde los Albergues y por las Sabinas, seguimos la carretera para llegar a Granada cuando el sol de este segundo día de ruta, aquel mismo que nos sorprendió en la Alpujarra arrancando pedaladas esta mañana, se marcha a dormir por el oeste. El ocaso es testigo de los últimos kilómetros antes de llegar a casa, desde la que salimos ayer nerviosos, deseosos de superar la ruta y a la que llegamos con una satisfacción infinita por haberlo conseguido. Por sentirnos pequeños, por respetar y amar a la montaña, esta nos hizo un gran regalo, permitir culminar estas dos etapas en una ruta memorable.

Un placer y un orgullo completar estos retos con vosotros.