Ruta bici mtb Fuente La Teja Cortijo Carialfaquí

Se podría decir que esta ruta ha sido la lucha del ser humano contra los elementos, del cielo y de la tierra, y si cabe, contra su propio despiste, y es que el cielo estaba, nublado, soleado, lluvioso, con nieve con niebla, húmedo y frío. La tierra estaba, con barro, pero del que te pegas al suelo, que se agarraba la bici como si llevara velcro en las ruedas y el suelo fuera de moqueta, charcos por doquier, nieve en algunos lados.

Como crónica de la ruta se podría decir que ha sido la lucha del ser humano contra los elementos, del cielo y de la tierra, y si cabe, contra su propio despiste, y es que el cielo estaba, nublado, soleado, lluvioso, con nieve con niebla, húmedo y frío. La tierra estaba, con barro, pero del que te pegas al suelo, que se agarraba la bici como si llevara velcro en las ruedas y el suelo fuera de moqueta, charcos por doquier, nieve en algunos lados. Y lo del despiste va por que en el Cortijo de Carialfaqui, tomé el desvío para Cogollos antes de tiempo, por lo que prolongamos la ruta, pasando por encima de la peña de Cogollos y a través de la niebla, entrando al pueblo por la otra cara, además a esas alturas de la ruta, ya eran las dos de la tarde, estábamos empapados, helados, con hambre, etc.

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Tomando el camino del río, por el margen derecho, para cruzar por el Asador hasta la antigua carretera de la sierra, bajamos unos metros hasta la Lancha de Cenes, y dejando el asfalto, tomamos el carril que tras la cancela y en una fuerte subida, bastante descarnada, nos dejó en la urbanización del Cerro del Sol. Llegados a este punto, resaltar que subiendo por este carril nos adelantaron tres hombres en Quad que nos dejaron asombrados por su amabilidad y paciencia, gente así es la que hacen que cambiemos ciertos conceptos sobre algunas prácticas. También en este punto nuestro amigo Pepe Carrasco, forzado por la tensión que notaba en el gemelo, se tuvo que dar la vuelta, lo echamos mucho de menos, pero gemelos sólo tenemos dos, y días de bici muchos por delante, esperamos que recupere pronto.

Siguiendo el camino, llegamos al Canal de los Franceses, iniciamos la bajada hasta el Cortijo de los Jesuitas, desde aquí, y entre los olivos, subimos la ladera del monte, que en una ascensión en línea recta nos deja en lo alto de la loma, desde aquí seguimos el camino que en subida y bajada, pasando por una granja de cerdos, muy sanotes ellos, nos llevará hasta el extremo del Fargue. Desde aquí, seguimos por la carretera, dirección Huétor Santillán, tomado el desvío del Parque Natural, y siguiendo la subida hasta Puerto Lobo. A partir de aquí seguimos por el carril de tierra, y tras la curva del barranco de la umbría, subiendo unos metros, tomamos a mano derecha el desvío del carril de la Cueva del Gato, situado al fondo de una explanada. Este carril, nos llevará en continuas bajadas y subidas, y pasando entre una batida de cazadores, hasta el Carril de la Fuente de la Teja, que tomamos a la izquierda para llenar nuestros botes de agua en esta fuente, precioso paraje donde pasa el río Darro recién nacido.

Seguimos nuestro camino por el carril en fuerte subida, acompañado de unas pocas curvas de fuerte pendiente, hasta toparnos con el carril principal de la Alfaguara, que tomamos a la derecha, a un kilómetro y medio, tras pasar a la derecha el desvío del Cortijo del Chorrillo, a la izquierda parte la bajada al cortijo de Carifaquíni, creo que nunca una bajada me ha dolido tanto, el barro saltando por todos lados, el carril peligroso por el barro, las curvas, empieza a llover/nevar, las manos entumecidas del frío, dándole al freno, los baches, que os voy a contar… llegamos al pie del Cortijo, y tomamos justo aquí el desvío de la derecha, que en continua subida y bajada, pasa por encima de la peña de Cogollos, y aquí entre la niebla, poco a poco avanzamos hasta llegar al incio de la bajada, que nos llevará hasta el centro del pueblo.

Llegados aquí Javi tiene la feliz idea de comprar en un bar del pueblo, unas Pulevas de Chocolate, creo que la más rica que me he tomado en mi vida. Desde Cogollos, acariciando Nívar y atravesando Güevéjar, (donde Javi resbala en la curva del principio del pueblo, para probar lo duro que estaba el suelo, por suerte sin consecuencias), llegamos a Granada, donde nos separamos para volver cada cual a su casa. Son las tres de la tarde, y hemos realizado 56 duros kilómetros, superándonos una vez más a nosotros mismos, y a las dificultades que se nos han presentado.

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Perfil 1 de la ruta

Perfil 2 de la ruta

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Mapa de la ruta
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