La Sierra Nevada Ultra Trail es una prueba quedada organizada con todo detalle por el Club Granada Ultra Trail. Esta es una prueba que con el tiempo no dudo que se convierta en todo un referente en las pruebas de ultra fondo y de cómo tratar al corredor por su buena organización y referencias. De momento, gracias a este tipo de iniciativas en semi Auto-Suficiencia, Non-Stop y Eco-Responsables, continuaremos corriendo, andando y disfrutando por el entorno del Parque Nacional de Sierra Nevada pasando por las Alpujarras.
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La ruta: | |
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Desde las 4:30, con sueño pero con mucha ilusión, cerca de 20 valientes nos reuníamos en el Polideportivo de la Bola de Oro. Tras las presentaciones, Emilio Jiménez-artífice de esta iniciativa-nos reparte los dorsales personalizados con nuestros nombres, la bolsa del corredor muy cuidada con té de Sierra Nevada, mapa de la cabecera del Poqueira, y por supuesto, nos entrega la camiseta oficial de la II edición de la SNUT: Roja con estrellas reflectantes para que ninguno nos perdamos.
Un autobús nos espera en el polideportivo para llevarnos hasta Órgiva. Tras la foto de familia, nos colocamos los frontales y sobre las 6:30 AM comenzamos la Aventura paso a paso y en buena compañía. Desde el comienzo se crea un buen ambiente entre todos nosotros. Dejamos Órgiva y vamos subiendo hasta el Balcón de las Alpujarras, con los primeros pueblos de la Alpujarra Alta: Carataunas y Soportújar.
Desde lo alto de Soportújar, dejando Órgiva a nuestros pies, comienza a despuntar el alba, descubriéndonos una estampa de la Alpujarra asombrosa: Lanjarón, Órgiva y Tablones. Tomamos una pista que nos lleva hasta el Centro Budista «O Sel Ling» «lugar de la luz brillante» a más de 1500 m. de altitud. Pasamos en silencio y con respeto. A partir de aquí el grupo comienza a estirarse, creándose pequeños grupos.
Subimos hasta la Gran Atalaya desde donde podemos admirar el Barranco del Poqueira con sus tres pueblos blancos que se elevan por él: Bubión, Pampaneira y Capileira. A lo lejos ya vemos el Mulhacen y el Veleta. El día se nos presenta luminoso.
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Nos dirigimos hacia Capileira, el pueblo más alto (1.432m. de altitud) bajando y subiendo por un tramo del sendero Sulayr. Atravesamos el barranco rodeado de arboledas, helechos, castaños y zarzamoras que comimos a puñados, ¡qué ricas! Ya en Capileira nos reagrupamos, excepto los que iban en cabeza con Ibernom y otros como Francisco Contreras y su hijo que a penas pararon y ya nos sacaban buen tiempo. Es momento de hacer un pequeño y rápido descanso, tomar café, tostadas y compartir impresiones de la ruta. Nos ponemos en marcha con las pilas recargadas y con la misma ilusión o más si cabe, que teníamos al principio. Salimos de Capileira y cogemos el Sendero Real de Sierra Nevada, por el que vamos caminando a paso ligero y compartiendo conversaciones con muy buen ambiente de compañerismo.
A continuación de este sendero comienza una parte de la ruta de la que todavía hoy me viene imágenes muy bellas: la Acequia Alta que nos conducirá en su pendiente suave hasta la base dle refugio del Poqueira. Al principio del recorrido nos sorprende encontrarnos la acequia seca, ya que parte de su agua sirve para abastecer a los cortijos de la zona. Mario no vuelve a encontrarse bien de los dolores de vientre que viene soportando desde Soportújar. Así que Emilio y yo lo esperamos, distanciándonos del grupo. Más adelante la acequia lleva agua y la vamos bordeando, cómodamente por una vereda que va a su margen.
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Continuamos por el curso de la acequia hasta llegar al «Vertical» del Refugio del Poqueira. Una vereda en zig-zag en la que nos encontramos con una subida corta pero muy dura de unos 300m de D+. En esta subida Emilio, que está más pendiente de los demás que de sí mismo, sufre una pequeña deshidratación que se va disipando hasta llegar al Refugio del Poqueira.
A las 15h. Mario, Emilio y yo llegamos al primer Gran avituallamiento en el Refugio del Poqueira.Aproximadamente estamos en el km 30. Gracias Rafa Quintero, guarda del Refugio, y a todo el personal que allí trabaja por vuestra colaboración. Nos ofrecieron sopa caliente, sandwich, frutos secos, bebidas isotónicas, agua, gominolas, plátanos e incluso café. El primero en llegar fue Ibernom a las 13h. y dejó un papel para que cada uno fuéramos apuntando nuestros tiempos de paso. Entre las 13h, 14h y 15h fuimos llegando todos. Como vemos que Mario no se repone de su vientre y ya vamos mal de tiempo, decidimos no hacer la subida al Mulhacen por la pista del Chorrillo y, en lugar de eso, acortar por la vereda de Río Seco que nos conducirá hasta la pista del Refugio de la Carihuela.
Aquí comienza la verdadera Aventura de riesgo. Tras salir del Refugio nos encontramos con una vereda que se bifurca levemente en una que va hacia abajo y otra que asciende(ésta última es la que debimos coger). Nos equivocamos y tomamos la que desciende. De este modo y sin darnos a penas cuenta nos vemos bordeando la ladera de una montaña donde las piedras parecen estar sujetas con alfileres y lo mejor, con un barranco a nuestros pies. En tensión, con paciencia y con la esperanza de encontrar alguna señal con piedras de la vereda de Río Seco, vamos tomando altura como auténticas cabras montesas. Por fin encontramos la señal y tomamos con gran alivio, la vereda de Río Seco. Suerte que es temprano y el día está muy abierto y soleado, en otras condiciones hubiéramos tenido que darnos la vuelta hasta el Refugio del Poqueira.
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En este tramo me toca a mí. Comienzo a notar que me flaquean las fuerzas ¿será el mal de altura? ¿el cansancio acumulado? ¿la tensión vivida en el tramo escarpado? Saco algo de comida y sin ganas intento mordisquear una galleta de chocolate. Siento el apoyo y los ánimos de Emilio y Mario. Continúo, despacio, despacio, muy despacio. Y así, llegamos por fin a la pista que nos conducirá hasta el Refugio de la Carihuela. Es en esta pista donde algunos nos reagrupamos. Al caminar por la pista ya comienzo a sentirme mejor, con las fuerzas renovadas. En la Carihuela esperamos a los demás compañeros que bajan del Mulhacen.
Son cerca de las 19h. y falta gente por llegar, algunos van justos de fuerzas. Así que Emilio, por seguridad, decide que aquellos que no hayan pasado todavía por el 2º avituallamiento, en Pradollano, se queden en la Hoya de la Mora. Allí nos espera el autobús que nos llevará de vuelta hasta el polideportivo de la Bola de Oro en Granada.
La ruta todavía nos tenía otra estampa para recordar. Un atardecer donde el sol se escondía lentamente bajo un mar de nubes. Tras reponer fuerzas, realizo la última bajada corriendo, volando, ya con frontales por las posiciones del Veleta pasando por la Virgen de las Nieves, hasta llegar a mi META. En el autobús nos estaban esperando Francisco Contreras y su hijo. Eran las 21h. Llevaba 14h. pateando rincones insospechados de Sierra Nevada.
Seis fueron los compañeros, entre ellos Aaron, que consiguieron completar todo el recorrido con sus 90 km, descendieron a Granada por el curso del río Monachil, pasando por la Central Eléctrica de Diéchar y por los Cahorros (reino del agua). El primero llegó sobre las 19:30h y el último a las 00h.
A veces las cosas no salen como en un principio se tenía planeado. Imperó la sensatez y la prudencia. Emilio Jiménez decidió cortar, para algunos, la II SNUT en la Hoya de la Mora, agrupar a la gente y volver todos sanos y salvos, con caras de satisfacción a Granada para tomarnos unas cervecitas en el último avituallamiento en el Polideportivo.
Aunque para algunos esto parezca una locura, he de decir que he disfrutado mucho con la satisfacción de ganar mi primera victoria: atreverme con un Ultra Trail. Y sobre todo, compartir camino con gente tan buena. Enhorabuena a todos y gracias.
Fotos de la ruta |
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