MTB Collado Alguacil Dehesas del Camarate

El tiempo estaba de nuestro lado, y ganas no faltaban para comenzar esta gran ruta que desde hacia tiempo llevábamos pensando hacer. El valle en la cuerda del Collado del Alguacil y las majestuosas vistas de los Lavaderos de la Reina desde la piedra del soldado, con el deshielo hace que todo esté verde sobre verde. En nuestro paso por las Dehesas del Camarate nos sorprende un mágico y frondoso bosque de arces y robles que nos oxigena.

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Salimos por Pinos Genil hasta el pantano de Canales. A buen ritmo, despacito pero sin pausa iniciamos la subida hacia el Collado del Alguacil. Una vez en el cortijo de Balderas, hicimos una pequeña pausa para tomar agua y nos sorprendió un grupo de personas en plena faena preparando queso casero que amablemente nos invitaron a probar. Auténticas artistas del queso. De lujo, señores y señoras, de lujo. Nada que envidiar a un buen manchego. Con los bidones rellenos y los estómagos satisfechos continuamos nuestra ruta.

Una vez en la cima del Collado del Alguacil, donde las vacas pastaban plácidamente, nos lanzamos por la cuerda del Collado. Lo que presenciaban nuestros sentidos era todo un espectáculo de luz, olores y sonidos. El valle inmenso salpicado en todas direcciones por el color amarillo intenso de las flores, el blanco puro de Sierra Nevada y un camino salpicado de brillos plateados, originados por las piedras. Vida en estado puro.

A lo lejos ya se veía la piedra del soldado, lugar privilegiado para admirar la majestuosidad de los Lavaderos de la Reina con su nieve derretida formando riachuelos que desde lo lejos parecían pequeñas grietas plateadas entre las montañas.

Seguimos nuestro camino en dirección a Lugros pasando por otro paraje que en estas fechas, tras un invierno rico en lluvias y nieves ahora se presenta verde: La dehesa del Camarate. Todo un espectáculo para los sentidos. En algunas zonas el camino se encuentra anegado del agua que baja de las nieve.

Llegamos a un tentadero. Sin pensarlo dos veces nos lanzamos a la plaza con capote, eso sí, verde Granabike, y toros de la ganadería 100%Granabike. No faltaron varias verónicas y algún que otro salto de rana embistiendo con hechuras.

Con buen ánimo y tras la juguetona faena fuimos descendiendo por la dehesa hasta el Horcajo del Camarate en dirección a Lugros.

Ya se estaba aproximando el final de nuestra gran ruta. Eran las 17h y el calor se hacía notar mientras íbamos tomando camino hacia la Peza; calor que conseguimos distraer con un par de cervezas heladas. Ya solo quedaba subir hasta el puerto de Blancares y descender por el pantano de Quentar hasta Granada.

Llegamos a Granada con 110km en nuestras piernas y con un centenar de buenos recuerdos vividos y compartidos. Esta ha sido,sin lugar a dudas, toda una ruta 100% GRANABIKE.

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Perfil 1 de la ruta

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