Dedicado a los búhos y lechuzas, que recorremos durante el año tantos carriles, tantos senderos, tantas horas gastando focos, por no poder salir en otro momento del día… el sueño de aquel que ama la adrenalina que genera el cuerpo por la escasez de luz, las nuevas sensaciones, tener una perspectiva totalmente distinta del paisaje, una perspectiva única, hacer algo totalmente nuevo.
| La ruta: | |
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Dedicado a los búhos y lechuzas, que recorremos durante el año tantos carriles, tantos senderos, tantas horas gastando focos, por no poder salir en otro momento del día… el sueño de aquel que ama la adrenalina que genera el cuerpo por la escasez de luz, las nuevas sensaciones, tener una perspectiva totalmente distinta del paisaje, una perspectiva única, hacer algo totalmente nuevo.
Así nació hace algunos años la idea de realizar la madre de todas las nocturnas y tras varios años como un susurro en la cabeza, como una idea loca, por fin, la ponemos en práctica, como la Subida Nocturna Granabike al Veleta, que quizá y debido a la gran aceptación que ha tenido, no se la última, pues más de 40 bikers nos juntamos en el punto de encuentro en la capital para disfrutar de la magia de una noche que entre todos hicimos inolvidables, a los que hay que sumar los más de 30 senderistas que se dieron cita en los Albergues a las tres de la mañana para realizar el recorrido hasta el Veleta a pie y disfrutar todos juntos del amanecer, ¿alguien puede pedir más?
El recorrido es trabajado, la idea, tocar la carretera lo mínimo posible, sobre todo, la nueva, que evitamos al 100%. Partimos desde la Rotonda del Palacio de Deportes a las 23:00, previamente, nuestro compañero Pepe Guirado se hace cargo de las mochilas de los ciclistas, para disponer de ropa de abrigo desde los albergues hacia la cumbre. Los primeros pasos, por la ciudad, incluso con alguna calle con las farolas fundidas, son todo un espectáculo, en breve, iniciamos la ascensión hacia Huétor Vega y los Rebites, para tomar desde el principio el Camino de los Neveros, donde el grupo se empieza a estirar y gracias a la luna que poco a poco se va espabilando y saliendo tras las nubes, podemos apagar nuestras luces y disfrutar de la ascensión nocturna en estado puro.
Collado del Contadero, como no, vista a la izquierda para disfrutar de la Cenes de la Vega y la Lancha del Genil iluminados y de la sensación de altura que ya vamos teniendo. Continuamos la subida, lo bueno quizá de la nocturna, es que no ves dónde se acaban las cosas, no tienes referencia y así, casi hasta el Camino de los Neveros, se hace corto, al menos para algunos.
Un agrupamiento antes de salir a la carretera de El Purche, donde ya vemos toda Granada iluminada a nuestras espaldas, por delante, las paredes de asfalto que nos llevan hasta el camping y algún conductor sorprendido que no tiene por menos que pararse a disfrutar del espectáculo de ciclistas nocturnos.
Dejamos la carretera tras pasar el camping por la derecha, tomando un tramo de pista que se encuentra un poco deteriorado, pues lo han arado, pero que en un momento nos deja sobre la pista que desciende hacia el río Monachil, evitando el tobogán de asfalto del Collado del Muerto.
Encendemos nuestros focos, pues es el momento de descender y es mejor llevar luces, la pista es ancha y no entraña demasiada dificultad, pero… un biker sube andando por la pista, qué pasa… un compañero ha perdido el móvil y va buscándolo por el borde de la pista, difícil de encontrar, tras un rato, cuando ya lo damos por perdido y emplazamos el rescate a la mañana, un compañero lo localiza y se lo devuelve, qué suerte, así, proseguimos la marcha, descendiendo casi hasta la Central de Diéchar e iniciando el ascenso por la pista del Convento de San Jerónimo.
Al poco, en la Toma del Canal, es el momento de parar y rellenar nuestras reservas de agua en su fresca fuente, incluso de reponer fuerzas con algunas barritas para afrontar la subida que se nos abre, la pista es ancha y la luna está en pleno apogeo, así que volvemos a apagar nuestros focos y cogemos un ritmo cómodo y agradable para seguir la subida.
Llegamos así, por pista, hasta el Centro de Visitantes de El Dornajo, donde nos espera algún acompañante con viandas para reponer fuerzas. Agrupamos a todos los compañeros e iniciamos el tramo de asfalto que ya no dejaremos hasta el pico y prácticamente con una pendiente continua que será la que nos acompañe todo lo que nos resta de ruta. Son las tres de la mañana.
La sabinas, como era de esperar, está tranquila, ningún coche nos molesta en la subida, en la que podemos disfrutar, manteniendo el ritmo, en la parte alta, de las vistas sobre todo lo que llevamos subido y de Granada y el área metropolitana profusamente iluminadas. La ascensión hay que tomársela con calma, desde el Dornajo, nos queda aún la mitad de la ruta, por lo que ahorrar energías es fundamental. La altura y la noche ya se van notando y cuando nos sopla la brisa, el fresquito eriza nuestro bello. Mirando hacia arriba, Nendo y yo que vamos cerrando el pelotón, disfrutamos de un rosario de lucecitas rojas que jalonan todo lo que llegamos a ver de carretera, todas las curvas que nos quedan por delante. Y Guty, otra vez, pinchado, ya van cuatro… que noche se está pegando…
Coronamos las Sabinas y un pequeño respiro hasta enlazar la carretera que viene de Pradollano, ya tenemos la urbanización a la vista y sus luces iluminan las laderas de la Loma de Dílar, más arriba, las altas cumbres, aún con nieve y justo en frente, el pico del Veleta, nuestra meta, ahora parece alcanzable, pero a la vez, se le ve tan lejano, aún nos queda noche.
El tramo que une la Sabinas con los Albergues, siempre se me hace largo, que cinco kilómetros, que parece que no se avanza, pero bueno, poco a poco vamos superándolos y nos anima el ver cómo superamos Pradollano y se acerca la unión con nuestros acompañantes senderistas.
Al llegar a los Albergues, los senderistas ya han arrancado su marcha, sino, no llegaban a la hora del amanecer, han sido precavidos y disponemos de nuestras mochilas para cambiarnos, culotes largos, térmica, maillot de manga larga y el windtex, guantes y gorro de lana, a la mochila, que luego lo voy a necesitar. Reponemos energías con las viandas que Mar, la mujer de Torcuato pone a nuestra disposición con su eterna sonrisa, esperamos a que todos los compañeros vayan saliendo, incluso a confirmar que algunos, sentados sobre el asfalto, abandonan la ruta, ya no siguen, el cansancio y el frío ha sido demasiado.
Arrancamos el último tramo, nos quedamos Nendo y yo, cerrando y por delante decenas de lucecitas que curvean por la carretera del Veleta, es hora de tomárselo con mucha calma, poco a poco, pedalada a pedalada, curva a curva, vamos ganando altura, sufriendo las rachas de viento y disfrutando de las vistas que se abren ante nosotros, Nendo va justo, pero su esfuerzo, su tesón, sus ganas de superarse son más fuertes que el cansancio, el agotamiento, el sueño y el frío, mantiene el ritmo, poniendo la vida en cada pedalada y junto a él, yo hago lo mismo, nuestra meta está cerca…
Cerrillo del Trigo, Virgen de las Nieves, Cruce de Borreguiles, Remontes, Ventisqueros,… curvas, más curvas, Posiciones del Veleta, por fin, donde ya se huele la cumbre, espectacular balcón al Corral del Veleta, buena recta por delante, Edgar, su novia y la abuela… ¡que fuerza!, y las primeras luces del amanecer que despunta a nuestras espaldas, mientras que pasamos el cruce de la Carihuela y vemos, algunas curvas más arriba, cómo los primeros rayos de sol iluminan los Tajos de la Virgen, cómo los compañeros ya empiezan a bajar desde la cumbre y el perfil de muchos de ellos en el mismo pico… ¡ya estamos aquí!
El último esfuerzo, junto al remonte, donde se acaba la carretera, un ventisquero corta el paso, bici al hombro y a subir al siguiente tramo, de nuevo sobre ella, para acabar justo en la cumbre, donde mi padre, Isa y Nirvana esperan con su chaquetón puesto aguantando el frío, abrazos, besos y mi compañero de sufrimiento que llega un poco después, lo has conseguido, disfruta, es tu momento…
El sol ha salido hace unos minutos y nos da en la cara… el viento arriba es fuerte, guantes, gorro, windtex, colacao caliente… y los comentarios con los compañeros, familiares y amigos que están en la cumbre, que bonito momento, cuantas horas de esfuerzo, que gran recompensa.
Toca el descenso desde la cumbre, seguimos la carretera, por el mismo camino de la subida, hasta el Albergue Universitario, aquí desayuno junto a los compañeros y esperar a que lleguen los senderistas. Después, a tumba abierta por la carretera hasta Granada, donde llegamos a plena luz, doce horas después de nuestra salida, con la satisfacción infinita de haber aceptado el reto y superarlo de forma brillante, de haber sido protagonistas de un momento único e inolvidable.
Estoy muy satisfecho y orgulloso del desarrollo de la nocturna, de la aceptación por vuestra parte y la afluencia de participantes, todos os habéis portado genial y habéis conseguido convertir una noche, en pura magia biker…
Tengo la pupila llena de imborrables momentos de esta ruta, GRACIAS a todo@s por ser los protagonistas de dichos momentos.
Gracias a tod@s los bikers. Gracias a tod@s los senderistas. Gracias a tod@s los granabikers que han compartido la responsabilidad de ruta. Gracias a los acompañantes. Gracias Guty por toda la labor durante este mes y por dejarte intoxicar tan rápida e irremediablemente. Gracias a Pepe Guirado por la logística. Gracias a nuestro compañero y amigo Nendo, pues hoy me ha dado una lección de superación, constancia y tesón. Gracias a Ramón Padre, Isa y Nirvana.
Un placer compartir esta locura con todos vosotros.
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| Perfil de la ruta |
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| Punto de paso | Hora | Diferencia | Distancia | Altura |
|---|---|---|---|---|
| Granada | 23:00 | – | 0 km | 620 m |
| El Purche | 00:50 | 1:50 | 11,50 km | 1420 m |
| El Dornajo | 02:35 | 03:35 | 24,00 km | 1656 m |
| Albergues | 04:30 | 05:30 | 36,70 km | 2500 m |
| Veleta | 07:40 | 8:40 | 48,40 km | 3385 m |
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| Ortofoto interactiva de la ruta |
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| Mapa de la ruta |
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| Fotos de la ruta |
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| Vídeo de la ruta por Jasanrol |
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