La carrera de hoy en Alhama podría ser calificada fácilmente como épica. Yo diría que ha sido la más dura de todas las carreras hechas hasta ahora del Circuito de Fondo de la Diputación. El frente Granabike formado por José Manuel-Catetochil, Guillermo, Josué, Carlos-Dikken y yo en las filas de la carrera a pie. Así como AnaChil, Isabel, Luisa, Mary y Alfredo en las filas de la ruta de bici hemos desafiado las inclemencias del tiempo. La lluvia y el frío nos han acompañado durante y después de la carrera.
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La carrera de hoy en Alhama podría ser calificada fácilmente como épica. Yo diría que ha sido la más dura de todas las carreras hechas hasta ahora. El frente Granabike formado por José Manuel-Catetochil, Guillermo, Josué, Carlos-Dikken y yo en las filas de la carrera a pie. Así como AnaChil, Isabel y Luisa en las filas de la ruta de bici hemos desafiado las inclemencias del tiempo. La lluvia y el frío nos han acompañado durante y después de la carrera.
Cerca del Excmo. Ayuntamiento, observamos como Alhama se sitúa en un enorme espolón rocoso rodeado por un profundo desfiladero y por cuyo seno discurre el río de Alhama. Excavados tras la erosión del mencionado río, surgen los Tajos de Alhama que alcanzan una profundidad de más de 50 metros, a la vez que rodean por el sur el cerro en el que se asienta en municipio. Desde aquí, el paisaje de los Tajos de Alhama recuerda a los grabados antiguos románticos, que suma la fuerza expresiva de la formación natural de los Tajos al respetuoso asentamiento del núcleo urbano.
Ya en el punto de salida, con muchos nervios y algo de frío se da el pistoletazo de salida. Comenzamos con una bajada que dura hasta aproximadamente el kilómetro tercero, transcurriendo por la carretera en dirección a Granada. En este tramo, a dos kilómetros de la localidad, a escasos metros del cruce del balneario se encuentran las termas romanas situadas dentro del balneario.
Qué bien nos hubiera sentado una visita a sus manantiales de aguas termales de virtudes curativas, elogiadas durante toda la antigüedad y consideradas uno de los más reconocidos establecimientos termales de España. Durante la época musulmana esta localidad fue llamada Al-hama que significa “El Baño” por la afluencia de lugares donde fluyen las aguas termales. Aunque para baño, el nuestro y no fue precisamente termal, más bien yo diría glacial.
Los árabes, que sabían mucho, consolidaron la población cerca del manantial y edificaron baños.
Seguimos con la epopeya cruzando el puente del río Alhama donde comienza la primera cuesta. Ya se va acercando el kilómetro 4-5. Fatídico punto donde en casi todas las carreras comienzo a sentir los primeros síntomas de fatiga. José Manuel, nuestro querido Catetochil, me recuerda que controle la respiración como los romanos: llenarte de aire y a resoplar como un valiente centurión.
Comenzamos la subida y el recorrido por los extensos campos de Alhama. Aquí es impresionante la imagen de una gran cadena humana extendida sobre toda la llanura.
En este punto me viene a la mente una leyenda, la del soldado Filípides, quien en el año 490 a.C recorrió corriendo el camino desde el campo de Maratón hasta la ciudad de Atenas; y así, anunciar la victoria griega sobre el imperio persa en la famosa batalla de Maratón.
Continuamos el ascenso girando a la derecha en sentido a la pantaneta. En los continúos subes y bajas recuerdo y pongo en práctica los consejos de mi amigo el gran Woselín: en las pendientes hacia arriba procura dar pasos cortos y rápidos; y en las bajadas, grandes zancadas.
Bajamos a Alhama por la carretera que viene de Ventas de Zafarraya. En el kilómetro 10 respiramos al encontrarnos con una gran bajada. Y aquí junto a Guillermo corremos, corremos, volamos… En el kilómetro 11 nos da la bienvenida el cartel de la entrada a Alhama. Ya se va oliendo la meta.
Ya lo veo a lo lejos, y es entonces, sacando fuerzas de donde parecía que ya no quedaban, acelero en un sprint final. Me siento como Filípides, cuando en su llegada a Atenas gritó: ¡Alegraos, hemos vencido!
En la llegada recibo el calor y los abrazos de mis compañeros y compañeras Granabikers.
La organización nos obsequia con una camiseta y lo mejor: un buen dulce que a más de uno nos devuelve la vida.
Al poco tiempo salen las clasificaciones. Obtengo un tiempo admirable de 0:56:21 que corresponde con el puesto 210 de la general y… ¡sorpresa! Quedo la 2ª en mi categoría. Al escuchar mi nombre para subir al podium donde me darán el trofeo, la emoción es impresionante. Las piernas me tiemblan y no precisamente de frío.
De esta carrera me quedo con el recuerdo de:
- Las magníficas vistas panorámicas tanto desde el pueblo como desde los alrededores del río de Alhama.
- Cerrar los ojos por unos segundos y captar los matices de lo que me rodea: el frescor de la lluvia, su sonido, la cadencia de mis pasos junto a la de mi respiración.
- Compartir junto a mi familia Granabiker el recorrido de la carrera y mi triunfo.
- Correr en un día frío y lluvioso pero sentirme muy arropada junto a mis compañeros/as; tanto o más como un baño en las aguas termales de Alhama.
- Poder compartir mi primer triunfo subiendo el nombre de Granabike al podium. Ser la que lleve la noticia de nuestra victoria: ¡Alegraos, hemos vencido!
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Perfil 1 de la ruta |
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Fotos de la carrera |
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