En el día previo a la mágica Noche de San Juan hemos disfrutado de una maravillosa ruta en buena compañía, buen ambiente, y todo ello cerca de Monachil, de donde son Tetochil y Anachil. Como siempre el segundo tiempo ha marcado el estilo que nos caracteriza como se puede observar en el vídeo del tito Jose que estrenaba cámara. La Tranki de San Juan comenzó como siempre es habitual en el lado de sombra de la rotonda del palacio de deportes al principio de la carretera de La Zubia.
La Tranki de San Juan comenzó como siempre es habitual en el lado de sombra de la rotonda del palacio de deportes al principio de la carretera de La Zubia, donde los primeros ya esperaban para otro gran día de la historia de los trankis. Entre ellos se encontraba nuestro amigo «el fenómeno» Manuel, ataviado con sus mejores galas marca Manuel Calvente y estrenando zapatillas relucientes con orgullo.
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La nota de color la puso el gran Catetochil, al que veníamos echando en falta en las últimas ediciones de la Tranki, sí, sí, con su filosofía incansable y con los músculos linguales deseandico de ponernos el coco loco. Con su tónica de siempre la cosa se iba animando, también llegaban Nona, Alexandro, el y otros compis. Pusimos marcha hacia Monachil entre risas por las primeras cuestas, donde Manuel ya nos sorprendió con una escapada un poco sospechosa: ¿no sería que llevaba carburante en las zapatillas?
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En fin, nos quedaba poco para entrar en la tierra pero una grúa se interponía en el camino y ahí se lanzó Teto como un valiente a pique de llevarse pa alante la obra y los albañiles.
Después nos empezó a filmar a todos subiendo los caminillos y empezamos a hacer nuestras paradas habituales. En el Mirador disfrutamos de las espectaculares vistas de la zona, pero no por mucho tiempo porque decidimos seguir hacia el Hervidero y repostar allí. Dicho y hecho, llegamos y bebimos, charlamos, Nona sacó comida de todo tipo como siempre de su mochila prodigiosa, Javier hacía acrobacias con la bici sin parar ni un momento, Carmen jugaba con los gatos…
Y tras esto, regresamos. A la vuelta Munia se lanzó a subir un cuestón sin decir ni «mu» y los demás vigilándola «pa ke» no se nos despeñara. Por los llanos bajamos unas cuestecillas muy graciosas, donde pinchó un compañero, y por eso nos reagrupamos. Nuestro cámara aprovechó para filmar esos estilos pintorescos de bajar de los trankis. En una de las esperas, podemos ver a Nona haciendo gestos raros con su maillot, debido a un primoroso saltamontes que se le coló en el escote.
En la última bajada, podemos ver a algunos haciendo monerías técnicas.. El tercer tiempo llegó con la sorpresa de que Anachil nos esperaba en Los Cerezos. Allí unos cuantos nos despedimos y otros siguieron la fiesta en casa de Manuel: ¡qué envidia!. En resumen, un día radiante de verdad. Y que vengan muchos más.
Redacción: Carmen O.P.
Reportero Gráfico: J. Manuel Cea