VIII Carrera Pedestre Sierra de Andújar

Ya tenía yo ganas de hincarle el diente a una carrera a pie por montaña. Y el estreno ha sido por todo lo alto, en una de las carreras más duras y uno de los parajes más valiosos de Andalucía. Casi 150 corredores y corredoras llegamos a Andújar en un día nuboso, pero seco y con una agradable temperatura, para afrontar el difícil reto de alcanzar el Santuario de la Virgen de la Cabeza por el «Camino Viejo».

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El club ciclista Bicharracos Bike de Andújar convoca todos los años a 150 deportistas correosos a esta carrera pedestre que va ya por su VIII edición. Casi una media maratón de montaña que parte de la Plaza del Ayuntamiento de Andújar y que acaba en el Santuario de la Virgen de la Cabeza, en el Cerro del Cabezo, en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Andújar.

La primera parte del recorrido, correspondiente al tramo neutralizado, discurre por el casco urbano de Andújar. Una vez reunidos todos de nuevo a las afueras de la ciudad se da la salida oficial de la prueba y el cronómetro se pone en marcha. Enfilamos, pues, el «camino viejo» al Santuario de la Virgen de la Cabeza.

La prueba comienza por pistas anchas de uso agrícola, y el camino adquiere una pendiente entre suave y moderada durante los primeros kilómetros. Pero a partir del kilómetro 4 la cosa empieza a ponerse dura: abandonamos la pista y empezamos a tomar veredas, primero en bastante buen estado y más adelante mucho más rotas y, lo peor, con escalones que obligan a apretar los dientes para seguir avanzando. Los gemelos empiezan a doler y aún queda mucho por delante…

Tras un largo tramo de subida alcanzamos la zona alta de la primera mitad de la carrera y durante unos tres kilómetros las subidas empinadas se alternan con las bajadas, un cambio constante que por algo se llama rompepiernas.

El punto intermedio de la ruta, el llamado Paraje de San Ginés, es una amplia plaza natural donde se sitúa el avituallamiento principal (el resto, por cierto, estaban muy bien colocados y suficientemente surtidos de líquidos y fruta). Poco después comenzará un largo descenso, primero por vereda escalonada y después por pista, que nos llevará hasta un río, que sorteamos por un puente de madera y que dará paso a la parte final de la carrera, la verdadera prueba de fuego.

El último tramo es en realidad lo que convierte esta carrera en algo especial, para lo bueno y para lo malo. Tomamos el llamado Camino de los Caracolillos, que desde el valle, a 260 m de altura nos habría de llevar a los 629 m de la cima del Cerro del Cabezo en poco más de 3 kms.

El nombre de «Los Caracolillos» no es casual. El camino serpentea, se retuerce y se empina hasta pendientes que en ocasiones impiden correr y obligan a andar, apoyando las manos en las rodillas para dar un poco más de impulso que ayude a avanzar lenta, penosamente.

Finalmente abandonamos este estrecho camino y enfilamos los dos últimos kilómetros por pista forestal y, finalmente, por asfalto, para entrar en la zona urbanizada del Santuario y, finalmente, la ansiada meta.

Para terminar, una vez duchados y aseados, la organización nos tenía preparado un copioso almuerzo, para recuperar fuerzas y revivir en compañía los mejores momentos de la mañana, antes de que el autobús que han dispuesto gratuitamente para nosotros nos lleve de vuelta a Andújar.

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Perfil 1 de la ruta

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