Senderismo Puntal de Vacares Sierra Nevada

El sábado por fin he podido realizar otra de las ascensiones soñadas en Sierra Nevada, con mi padre, como en otras ocasiones, subimos al Puntal de Vacares, que junto con la Alcazaba y otros de la zona, son las cumbres más inaccesibles de nuestra Sierra Nevada, por encontrarse bastante lejos de cualquier punto de acceso a vehículos o poblaciones. Prácticamente la excursión es simétrica a la de la Alcazaba, aunque por la loma contraria, esta vez en vez de acceder por la loma del Veleta, entramos por la de los Cuartos.

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El sábado por fin he podido realizar otra de las ascensiones soñadas en Sierra Nevada, con mi padre, como en otras ocasiones, subimos al Puntal de Vacares, que junto con la Alcazaba y otros de la zona, son las cumbres más inaccesibles de nuestra Sierra Nevada, por encontrarse bastante lejos de cualquier punto de acceso a vehículos o poblaciones.

La ruta la iniciamos muy temprano, empezando a caminar prácticamente de noche, ya que no sabemos cómo saldrá el recorrido y lo que tardaremos en hacerlo, preferimos ir sobrados de tiempo. Estacionamos nuestro vehículo junto a la cadena de la pista de la Loma de Maitena, iniciando la ascensión por el sendero de la Acequia de Papeles, que, por la cresta de la Loma nos permitirá ir ganando altura hasta dar vista al refugio de Peña Partida. A lo largo de toda la ascensión hemos tenido la oportunidad de disfrutar del espectáculo del amanecer y como los rallos del sol jugaban con los grandes nortes, Alcazaba, Mulhacén y Veleta. Desde el refugio, la loma del Calvario nos impide verlos, ya no los volveremos a divisar hasta ganar la cresta.

Dejamos Peña Partida a la derecha y proseguimos ladera arriba hasta el sendero que nos sitúa en la parte alta de los Lavaderos de la Reina, aún en penumbra y que dejamos a nuestras espaldas, para seguir zigzagueando la ascensión de la Loma de los Cuartos. Nos vamos desviando por la derecha de la loma, aproximándonos al barranco del río Vadillo y dando vista al collado de las Buitreras, pero no tardaremos en encontrar el fin del sendero que llevamos, así que a ojo de buen montañero, proseguimos de peña en peña, por el lascar, avanzando por la ladera, con la vista puesta en el collado, aunque no tener sendero ralentiza el avance, pero tras un esfuerzo final, conseguimos ganar la cresta.

Es el momento oportuno de sentarnos un rato, con vistas a las dos vertientes y de reponer un poco las fuerzas, disfrutando del paisaje que los tres mil metros nos ofrecen.

Proseguimos nuestro avance por la base de las crestas, en breve damos vista a nuestra meta de hoy, el Puntal de Vacares enmarcado por la Alcazaba, es impresionante, impone muchísimo. La zona es inhóspita, un gran lascar, inmensas piedras de toneladas, que tenemos que ir prácticamente saltando de una a otra.

En breve, también damos vista a la Laguna de Vacares, la más profunda de Sierra Nevada, cuenta la leyenda, que en noches de temporal, cuando las olas rompen contra los acantilados de Calahonda, en la laguna se escuchan esos ecos ya que dicen, está comunicada con el Mediterráneo.

No perdemos la altura que nos separa de la laguna, la bordeamos por la cresta, para llegar a la base del Puntal, y desde ese punto, afrontar la última subida hasta el mismo puntal, que salvamos en unos quince minutos de pausado caminar. Desde la plaza que forman inmensas moles de piedra, la vista, como no podía ser menos, nos hace quedar en silencio. Las lagunas de las Calderetas, el puntal del mismo nombre y el del Goterón, la ladera de la Alcazaba, el Veleta, los Machos y todas sus crestas, las Buitreras, el Picón de Jerez, toda la cresta que se dirige hacia la Ragua y delante nuestra el inmenso barranco que forman los ríos Real, Aceral, Vadillo, Guarnón que se van uniendo para formar el Genil. Una panorámica grandiosa.

Comemos tranquilamente, dominados por el paisaje, es el momento de emprender el retorno, por el mismo camino que hemos venido hasta aquí. Una vez en la base del Puntal, descendemos de las crestas, para llegar al collado de la Buitrera por la base, lo que hace que en la aproximación tengamos que esforzarnos más hasta ganar su altura.

Una vez en el collado, decidimos proseguir por el lecho del rio Vadillo, que a estas alturas está totalmente seco, y su avenida es un inmenso pedregal con un desnivel impresionante. Conforme vamos pediendo altura, empezamos a encontrarnos con algo de vegetación, poco después hasta borreguiles y pequeños arroyos que más abajo se convierten en un río con bastante caudal, acabamos de presenciar el nacimiento del río Vadillo.

Dejamos el lecho del río, por la derecha, siguiendo los restos de una acequia y el descenso hasta tomar un sendero que mantiene la altura y nos lleva hasta el barranco de Peña Partida, desde lo alto de la loma, el refugio por el que pasamos hace ya siete horas.

Seguimos, tras cruzar el barranco por la otra ladera, el sendero que ahora tomamos en descenso sube hasta Peña Partida y llega por la Cucaracha a la Vereda de la Estrella, pero nosotros, lo tomaremos por la ladera, sin perder altura, bordeando el bosque de pinos que desde la cumbre se veía como una mancha verde, para de nuevo, en una fuerte subida ganar la Loma del Maitena, muy cerca de donde estacionamos el vehículo, al que no tardaremos en llegar.

Han sido unas diez horas de camino y casi 30 kilómetros, pero el esfuerzo ha merecido la pena, de nuevo hemos logrado alcanzar nuestro objetivo, una de las cumbres soñadas desde hace tiempo ha sido nuestra por un rato, cuando miremos a Sierra Nevada y encontremos el Puntal de Vacares en su perfil, no lo veremos con los mismos ojos, ya que nuestra mente dirá, ahí he estado yo.

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Perfil 1 de la ruta

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Mapa de la ruta
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