Este nuevo reto se fraguó el día que me enteré que Pepe Carrasco celebró sus 50 años el mismo día que completó el Duatlón de Ronda. Hice mi inscripción y comencé la preparación el día 7 de enero del 2009. Me subí a la báscula (96.600), la distancia en bici (85 kms) mas o menos la controlaba pero el tramo a pié me infundía miedo, me puse mis viejas zapatillas y empecé a correr a ritmo suave, aguanté como unos 6 o 7 minutos, mi corazón se salía y mis piernas y articulaciones no lo soportaban..
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Un mes mas tarde, la cosa marchaba, iba perdiendo peso y ganando resistencia, era capaz de hacer 10 o 12 kmtrs. sin pararme. Intenté practicar la transición (cambiar en ruta de BTT a correr) 40 kmtrs en bici y 10 kmtrs a pié, al llevar 3 km, se empezaron a inflamar las rodillas y los tobillos, no sabia que tenia en las piernas tantos músculos para darme tirones, tuve que parar y estar una semana en dique seco.
Llegó el día de viajar a Ronda, de nuevo a la báscula (85.600) ¡Había perdido 11 kg en los 4 meses de preparación!… Quizás por eso, ha sido la primera carrera en la que no he pasado ni nervios, ni ansiedad, incluso durmiendo bien el día anterior a la prueba. Fuimos a recoger el dorsal, y aquí, nos dimos cuenta de que esto no lo hace cualquiera, había 10 colas, todas repletas de gente esperando turno y solo una vacía con el legionario aburrido esperando, era la destinada a los Duatletas.
Amaneció un día espléndido, me presenté en la línea de meta junto a mi amigo Catetochíl y su señora Anachíl, tranquilo y sosegado, sabedor de que mi preparación había sido dura y a la vez muy agradecida, ya que sumaba, el haber perdido peso, y el haber disfrutado de ella, y estaba convencido de que podría afrontar el Duatlón con las suficientes garantías de terminarlo, aunque el fantasma de los tirones estaba presente.
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Dieron la salida oficial, Catetochíl se puso delante y empezó a marcarme el ritmo, un poco mas alto de lo que yo lo habría hecho, pero me encontraba bien y lo seguí sin problemas, empezamos a adelantar ciclistas siempre con un tono de bromas y risas para con todo y con todos, hasta que empezó la primera rampa en serio (Seteníl), todos subían por el lado bueno y Catetochíl tirando de mí, puso un ritmo por el lado sucio y seguimos adelantando personal, de vez en cuando el tocaba el cencerro y si yo respondía, es que estaba detrás suyo y podía seguir el ritmo, en esta subida cogimos a Javi Becerra y Angel, que nos llamaron al orden, alegando que todo el mundo subía callado y resoplando y nosotros íbamos charlando y riendo, nos acompañaron un trecho hasta que sin darnos cuenta los dejamos atrás, en la siguiente subida (Arriate), me llevé el primer mal trago de la ruta, me encontré a Sergio, sentado al borde de la pista, paré a ver que pasaba y me comento que estaba descansando, que cuando me pillara se iba a echar pié a tierra y correr conmigo, observé que su corazón y su cara, no decían lo mismo, le dije que montara y siguiera nuestra rueda, pero me dijo que iba a seguir descansando (pocos sabemos las ganas que le tenía a esta carrera), de ahí hasta el avituallamiento de Seteníl, nos encontramos a varios compañeros mas, Vanessa, siempre sonriente y feliz, Gaby, Guillermo, Fran (con un tirón) y Gg.
Seguimos la ruta y en la primera cuesta, Catetochíl (como siempre conducía con una mano y la otra la cámara) al sacar una foto se cayó, y el ciclista que iba detrás, fué a por el y lo primero que le dijo: “¿ha salido la foto?.En las recta de tierra que tiene unos cuatro kilómetros, le dije a Catetochíl que tirara fuerte, que me pondría a una cuarta de su rueda para poder seguirle, ibamos a 50 por hora, adelantamos a muchos ciclistas que se pusieron a nuestra rueda, le dije que a Catetochíl , que si pillaba algún bache, levantara el culo del asiento para yo hacer lo mismo y no caerme, pero se nos olvidó decírselo a los que nos cogieron la rueda y en el primer bache se oía:”Hostias…””Coño que me caigo… “y lindesas por el estilo, Llegamos al cuartel (aquí empezaba lo desconocido y nuestra verdadera carrera) comimos tranquilamente (volvimos a encontrar a nuestros compañeros) y nos dispusimos a hacer la transición, nos calzamos las zapatillas y al salir del cuartel comenzaba una pequeña cuesta abajo, empezamos a correr para calentar músculos, me encontraba muy bien, comenzó la cuesta de la Ermita, que la afrontamos andando a paso rápido, dado que los ciclistas, todos apeados, tenían que tirar de sus monturas, adelantamos a una infinidad, como siempre con bromas y chanzas, al coronar la Ermita.
Comenzamos a correr (otra vez cuesta abajo), Catetochíl, cogió la cabeza y empezó a tirar de mí,(este hombre es un perfecto atleta) íbamos sin prisa pero sin pausa, adelantando a un buen número de Duatletas, en la vereda de la cueva del Gato, Catetochíl, se paró de golpe, y me dijo: “Tómate ahora mismo una barrita, que te estoy sintiendo el habla muy espesa, y eso es sintoma de sobrevenirte una pájara”, yo no me lo notaba, pero fué tomarme la barrita y sentirme venir las fuerzas de nuevo, incluso me puse delante de Jose (la primera y última), en mi mente quedará la imagen de nosotros dos corriendo camino del cuartel, hombro con hombro y conversando de nuestra participación en la “Titan Desert” ¿? como si hubieramos salido a dar un paseo. Llegamos al campamento para volver a hacer la transición, al cambiar las zapatillas de correr por las de bici, me di cuenta que los pies los tenía inflamados, por lo que el primer kilómetro en bici, lo hice con mucha precaución, hasta el comienzo de la cuesta del cachondeo, en la que en las dos ocasiones de mi participación en Ronda, en su primera rampa siempre he tenido que subirla desmontado, pero esta vez me dije “en la próxima curva desmonto”, pero entre la cantidad de gente que me abrían paso y me animaban, y que iban pasando las curvas una tras otra, conseguí coronar Ronda sin apearme, cuando arriba me esperaba Jose, y empezamos a rodar camino de la meta, nos abrazamos y os juro que yo, estaba tocando el cielo con mis manos, que lo culminó ver a mi mujer junto a Mary y Alfredo esperándome en la curva de meta.Os puedo Jurar, que disfruté de todos y cada uno de los 101 kilómetros de Ronda.
SOY FELIZ, YA SOY DUATLETA EN RONDA.
He de agradecer este logro personal a: En primer lugar a Isa mi mujer por soportar toda mi preparación y participación. En segundo lugar a Catetochíl, sin el, este reto no hubiera sido el mismo. En Tercer lugar a Alfredo y Mari, por su apoyo incondicional. Y por último a toda la familia GRANABIKE, por hacerme un poco mas feliz.
GRACIAS A TODOS Y POR TODO.
Carlos (Dikken)
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